El huerto del abuelo

 


 

Hola niños!

Yo soy un campesino que trabaja en un huerto. Un huerto es un campo grande donde hay sembrado muchas frutas y verduras, que son unos alimentos muy ricos.

Mi trabajo consiste en sembrar en la tierra unas semillitas, regarlas cada día, esperar que crezcan y luego recoger las frutas y verduras. Pero yo estoy aquí porque en mi huerto ha pasado una cosa: ¿Queréis saber que ha pasado?

Pues mira, un día que llegué al huerto a regar los arbolitos de frutas y verduras, me encontré que no tenían sus frutos ¡Ay! Socorro! Comencé ha gritar, ¡me han robado mi cosecha! Y de repente, cuando todo estaba en silencio, escuche como alguien hablaba, bla. bla, bla...

Sin hacer ruido me acerque a la casita donde tengo guardadas las herramientas, y sabéis quien estaban allí reunidas? Las frutas y verduras.

Silenciosamente me quedé en la puerta escuchando lo que decían.

- ¡Yo ya estoy harta! No aguanto más! - decía la señora naranja.

- Pero que te pasa mamá - preguntaba su hijita la mandarina.

- ¿Que? ¿que me pasa? que todos los días a la hora del recreo cuando las manzanas, las peras, los melocotones, los plátanos y nosotras las naranjas vamos al colegio vemos que ninguno de los niños nos quieren, todos llevan, dulces de chocolate, patatas fritas... y ninguno lleva frutas.

- Eso es verdad - replicó la señora lechuga. - Cuando los tomates, los pepinos, las zanahorias, los pimientos, las remolachas, las berenjenas y nosotras las lechugas vamos a la hora de comer a casa de los niños tampoco nos comen a nosotras las verduras, y siempre lloran cuando nos ven y las mamás de los niños le hacen huevos fritos, salchichas y esas cosas y de nosotros no se acuerdan.

- Pues tenemos que darle una solución a este problema. - dijeron todas las frutas y verduras.

- ¿Cuál es el plan? - Preguntaron los tomates.

- Pues el siguiente. - Explicó el señor plátano.

- Vamos a ir a las clases de los niños y nos vamos hacer amigos de ellos, les vamos a decir que nosotros estamos muy tristes y que por favor nos prueben.

- ¿Queréis que vengan las frutitas y verduras? - Preguntará el campesino.

Los niños dirán que sí y muchas más frutas y verduras entrarán en clase(serán los padres de los niños disfrazados de frutas y verduras)

Cuando entren los alimentos, el campesino pondrá cara de asombro e irá presentando a los alimentos: este es rojo, redondito… ¿sabéis quién es? Y los niños dirán: el tomate, para que así vayan teniendo un primer contacto con su nombre, su forma, etc.

(Así conseguiremos que los niños tengan un primer contacto con los alimentos y que tomen constancia de su importancia para que así, poco a poco, los vayan introduciendo en sus dietas. )

Y colorín, colorado, este cuento se ha terminado.

 


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